Clausurada, sellada,
sola y triste y enferma,
alta, delgada, en luto
de silencio, bella.
Quién sabe, cuando mira,
si mira o si recuerda.
(Si llora un muerto amado
o si a matado y piensa.)
Es tan dulce, tan áspera,
tan lejana,
tan cerca
de uno mismo lo mismo
que de ella.
Joven de la desgracia,
camarada, extranjera,
nadie podrá saber nunca
-tan muerta estás- cuando mueras.
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