Sombra, no sé, la sombra
herida que me habita,
el eco.
(Soy el eco del grito que sería).
Estatua de luz hecha pedazos,
desmoronada en mí;
en mí la mía,
la soledad me invade paso a paso
mi voz, y lo que quiero, y lo que haría.
Éste que fui, prestado
a la eternidad,
cuando nací moría.
Surgió, surgí dentro del sol
al efímero viento
en que amanece el día.
Hombre. No sé. Sombra de Dios
perdida.
Sobre el tiempo, sin Dios,
sombra, su sombra todavía.
Ciega, sin ojos, ciega,
-no busca a nadie,
espera-
camina.
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